Autor Bayardo Quinto Núñez
Doña novedad cavilaba
al filo de la media noche.
Si tuviese usted corazón,
escucharía el galope de una
gran imaginación, así el corazón
hablaría ante la idea, aunque
los pensamientos triste
intentarían consolar el dolor
infame, todo es inútil,
solamente queda la resignación,
pues no, aún hay décadas
y décadas que avizoran
el futuro; si de mi dependiera
el destino, la fuente de
lágrimas no se desprenderían
de los ojos para verterlas
y lanzarlas a lo ignoto,
y aunque la desgracia llore
de desesperación, no sería
una locura su travesía
solo apostrofe de verle
la intención aviesa para
el engaño en uso
de expresión hábil,
como retórica vehemente
dirigido a los vivos y Muertos
o quizá a seres abstractos.
Y, ante preguntas nimias,
acciones y reacciones.
Es terrible, es una plaga
odiosa que protesta
como, aquella novela, relato,
que ironiza su eternidad
de un tratante de polémica
en todos los tonos.
Doña novedad, se hacía
ilusión que al ver
la juventud del tiempo
de cada día,
era un pulcro vestido
lleno de esperanza
reflejándose su bondad
en sus ojos, aunque,
lloraba en sus propios
brazos, aunque la epístola
de media noche, del día,
bajo su ramaje hicieron
vigilia ante las nubes
pálidas de la luna.
Tu recuerdo es la esperanza
rítmica ante estrepitoso
ruido estridente, decadente,
e imborrable cicatriz
que posa en el camino
en cándida tez del tiempo,
te esparces viniendo.
Murió la noche
y, nació otra igual,
Y el tiempo siguió,
siendo tiempo nunca
muere, no padece de hambre,
nunca se enferma
ni envejece, el ser si.
Mañana es otro día,
justo ahí, esa carta
se quiere leer.
©Biodatos de Bayardo Quinto Núñez, Escritor, Pintor, Estudio siempre Música, Artesano del Calzado, Profesor de Educación Física en Instructor Deportivo Baloncesto, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Nicaragüense©~Seudónimo Bayquinú~

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