Alerta de 43 científicos
Reinventar la toxicología: un imperativo para la Salud y la alimentación del planeta
Cuarenta y tres científicos de cinco continentes, entre ellos destacados expertos en toxicología, biología, salud pública y medioambiente, han publicado el 4 de noviembre de 2025 un llamamiento mundial en la revista científica revisada por pares Environmental Sciences Europe (factor de impacto 6,6).
En el artículo «Scientists’ Warning: We Must Change Paradigm for a Revolution in Toxicology and World Food Supply», coordinado por el Prof. Gilles-Éric Séralini, los investigadores hacen un llamado a un cambio radical de paradigma en la toxicología y en la regulación de los productos químicos, con el fin de poner fin a un sistema opaco y deficiente que amenaza tanto la salud humana como la biodiversidad y la seguridad alimentaria mundial.
Pruebas reglamentarias sesgadas y fraude científico sistémico
Según los autores, las pruebas toxicológicas reglamentarias actuales se basan en datos parciales, a menudo sesgados o manipulados, que no reflejan la realidad de las exposiciones crónicas a los productos químicos.
Las formulaciones comerciales de pesticidas y plastificantes, derivadas del petróleo, nunca han sido objeto de estudios a largo plazo en mamíferos, contraviniendo lo que exige la ley.
Sin embargo, estos mezclados complejos resultan hasta 1.000 veces más tóxicos que los principios activos aislados probados por la industria.
“Las agencias reguladoras validan estas evaluaciones incompletas y ocultan sus datos bajo el secreto industrial. Se trata de una falsificación regulatoria global que pone en riesgo la salud pública y el medioambiente”, declara el Prof. Gilles-Éric Séralini, toxicólogo y autor principal del estudio.
Contaminación con derivados del petróleo y metales pesados en los pesticidas
Los investigadores revelan que todos los pesticidas analizados contienen residuos petrolíferos y metales pesados no declarados, una práctica extendida desde su invención.
Estos componentes multiplican su toxicidad por miles, contribuyendo al aumento de enfermedades neurológicas, hormonales, inmunológicas y cancerígenas.
Esta contaminación generalizada afecta a toda la cadena alimentaria y los ecosistemas, desde el suelo hasta el océano.
“Nos enfrentamos a una epidemia silenciosa de contaminación química. Las enfermedades crónicas se disparan, la biodiversidad se derrumba y la confianza en la ciencia se ve minada por décadas de conflictos de interés”, subraya la Dra. Angelika Hilbeck, bióloga del ETH de Zúrich.
Un modelo económico que subvenciona la contaminación
Los autores denuncian también las derivas del modelo económico surgido de la “Revolución Verde”, que ha intensificado la dependencia de los insumos químicos en detrimento de las agriculturas locales y de la salud pública.
“El sistema agroindustrial actual subvenciona la destrucción de la vida. Los presupuestos públicos enriquecen a los grandes grupos químicos en lugar de apoyar una agricultura sana y resiliente”, señala la Dra. Louise Vandelac, socióloga ambiental de la Universidad de Quebec en Montreal.
Un plan de acción científico para un nuevo paradigma
Ante este diagnóstico, los investigadores proponen tres medidas concretas e inmediatas:
- Reducir al menos cien veces los umbrales reglamentarios de toxicidad para las sustancias ya autorizadas.
- Evaluar sistemáticamente las formulaciones completas de pesticidas y plastificantes, a bajas dosis y en estudios a largo plazo.
- Hacer públicas todas las bases de datos toxicológicas y protocolos experimentales, con el fin de restaurar la transparencia científica.
“No existe justificación ética ni científica para mantener estos datos en secreto. La ciencia debe volver a ser un bien público”, insiste el Prof. Michael Antoniou, del King’s College de Londres.
Agroecología: el camino hacia la salud y la sostenibilidad
Los autores recuerdan que una transición hacia la agroecología constituye una alternativa creíble y demostrada para alimentar a la población mundial al tiempo que se regeneran los suelos y los ecosistemas.
Los estudios muestran que los productos procedentes de la agricultura ecológica contienen menos residuos petrolíferos y metales pesados, y favorecen una mejor salud global.
“Hoy el mundo está muriendo por esta toxicidad. Todos llevamos en nuestros cuerpos pesticidas procedentes de nuestro entorno y de nuestra alimentación. El futuro de nuestra alimentación depende de una reconciliación entre la ciencia, la ética y la salud. La agroecología es un camino de esperanza, basado en el conocimiento y el respeto por la vida”, concluye el Prof. Gilles-Éric Séralini.












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