¿Cuándo dejará España de vivir en la ilusión del engaño?
¿Acaso a Jóvenes que no pueden acceder a una Vivienda el ensogar, patear, quemar, arrastrar, emborrachar, apalear, torturar a un bóvido en plazas y calles les solucionará su problema habitacional, su futuro? ¿En qué gama de cultos, de héroes, creen los mandamases que están las nuevas generaciones? Las tecnologías son el nuevo ocio y la imagen patriotera ligada al sufrimiento animal sólo les sirve a quienes se lucran de ella, y a grupúsculos en busca de primitivismo e identidad totémica. Por poca introspección que se tenga, la tauromaquia está fuera de juego en el siglo de la inteligencia artificial y robotización aunque las momias políticas se empecinen en sus trueques de sangre y dinero.
¡Esto no es el siglo veinte! ¡Eso se acabó! Los presupuestos sociales no se tocan ni por armas, ni por tauromaquia, ni por chanchullos de caciquismo de nueva impronta.
Manuel Vicent, escritor valenciano, Antitaurino declarado, comentaría tiempo atrás a otro gran literato español: “Que la libertad y la democracia nadie las regala, sino que hay que conquistarlas, a veces muy duramente”, a lo que añadir que ¡basta ya de majaderías pseudoculturales atiborradas de especismo, machismo y violencia! el alma mater de la tutela castrante que España padece por parte de una élite de estómagos satisfechos y liliputienses pajes.
“Nosotros teníamos una acción planificada en redes y el PSOE se enteró”, declaraba Marta Esteban presidenta de la “Plataforma La Tortura no es cultura” refiriéndose a la posible desestimación en el Congreso de la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) “No Es Mi Cultura”. Finalmente, gracias a la traición del PSOE, acabó en la basura.
“La ILP es una herramienta fundamental para que la ciudadanía pueda entrar al Parlamento, pueda hacer valer su voz y lo que se ha hecho aquí es negarle la voz” al pueblo, dictamina el filósofo Mario Espinoza. “Me parece un gesto tremendamente antidemocrático”.
“¿Por qué hay que escuchar a unos, y a otros no?”, preguntaba al respecto la representante de Podemos en Canal Red.
PSOE, con anterioridad a la fecha de presentación, “se quería reunir con nosotros”, contactó con la plataforma proponiendo “que no hacía falta esa acción en redes”.
Siguiendo con el relato de Esteban: “Nos reunimos con Cristina Narbona (presidenta del Partido Socialista Español, diputada por Madrid, casada con Josep Borrell ex vicepresidente de la Comisión Europea) y con distintos diputados que a la cara nos dijeron: ¡No hagáis esa acción porque vamos a votar a favor de la toma en consideración! somos progresistas, creemos en los debates y vamos a votar a favor”.
“Y con esa cara dura, en el último momento traicionaron”.
En el infierno descrito por el poeta italiano Dante Alighieri el lugar para la traición, el más reprobable de los pecados, es el noveno círculo, llamado Cocito. Un lago gélido y fatídico, tremebundo, reservado para quienes cometen lo considerado más destructivo. ¡La traición! Cada cabecilla que se aplique el cuento.
PSOE al abstenerse vilmente en la votación del Congreso impidió deliberar sobre “la ILP con más firmas de última década (715.606, de las que 664.777 fueron validadas)”. “¿Eso es progresismo, eso es democracia?”. Esteban corrobora que con su engaño “han traicionado ya no solamente a esas setecientas mil firmas”, sino a las siete de cada diez personas que en el territorio español están en contra de la tauromaquia – más de treinta y cuatro millones de personas con DNI (Documento Nacional de Identidad) y más de seis millones con NIE (Número de Identidad de Extranjero).
¿Han hecho números las siglas políticas defensoras de la barbarie taurómaca? ¿Qué pasará si millones de personas les niegan su voto en el verano de dos mil veintisiete?
Afortunadamente asoman por el horizonte otras opciones que no han dudado en respaldar la ILP: Izquierda Unida, Podemos, PACMA, Sumar, Más Madrid, Progreso en Verde, Verdes Equo, Catalunya En Comú, Alianza Verde, ERC, Junts, Bildu, BNG, PNV.
Relataba la madre del corrosivo pepero expresidente José María Aznar que, “primero quiso ser torero. Luego futbolista. Y unos años más tarde, cuando preguntaban: ¿qué quieres ser?, respondía: ¿yo? Presidente del Gobierno” y España le sufrió.
El filósofo y docente Mario Espinoza argüía “que esta ILP no era para prohibir la tauromaquia, era para tomar en consideración un debate que está en la Sociedad, y desproteger como patrimonio cultural nacional la tauromaquia”.
¿Cortar por lo sano antes de que la marabunta tome cuerpo?
La ILP ponía sobre la mesa el que “distintas administraciones en diversas escalas de gobierno” decidieran con respecto a la tauromaquia “si se financia, o si no se financia”. Simple y llanamente.
Cuando el toquecito de rigor cayó sobre el partido socialista el canguelo estremeció al porcentaje de sus mohosas huestes haciendo saltar los fusibles. ¿Sistemas que gobiernan para el pueblo, pero sin el pueblo? como determinaba el escritor Francisco Umbral.
“Hace diez años el Partido Socialista hubiera votado en contra y ni siquiera se hubiera planteado la abstención” admite otro interviniente, claramente socialista. Pues que pena que un partido que se proclama progresista funcione así. ¿Miedo a crear un debate interno en municipios donde gobierna el PSOE? “El simple hecho de que el Partido Socialista haya estado hasta el último segundo a punto de votar a favor y que al final se haya abstenido es un avance”. ¡Pero bueno! ¿Estamos idiotas? ¿Con lo que ya acontece y cuanto se avecina ahora hay que agradecer que se desmantele, piano piano, el retrogradismo por parte de uno de los actores del bipartidismo español que tanto lastre acarrea?
La población emergente, y gran parte de la decana, está harta de violencia de todo género, harta de gobernantes que le causan la muerte, hartísima de tontos criminales aupados a la gobernanza merced a votos devotos. España en el primer cuarto del siglo veintiuno no vota para proteger la violencia. No vota a quienes abandona a su pueblo entre las llamas, ahogados bajo el barro, por desfalcos en la Sanidad pública o agonizando sin cuidados paliativos en residencias de mayores.
España no quiere ser sometida a entidades y mandamases con principios acuñados en regímenes dictatoriales que mamaron simbolismos tribales.
Àngels Martínez i Castells, doctora en Ciencias Económicas en un ensayo trató “la visión miope y poco democrática de los políticos –en España- echando mano de lo público como si les perteneciera en exclusiva para servir intereses de parte y conseguir ingresos a corto plazo (ingresos que muchas veces se convierten en subvenciones millonarias, a fondo perdido)”. ¿La tauromafia? ¿Cárteles de las subvenciones? Una limpiadora en las viviendas de ciertos narcos declararía judicialmente: “Ya me parecía a mí que allí había algo raro”.
Con la ILP “No Es Mi Cultura” el pueblo ha hablado. No quiere rendir pleitesía a la tauromaquia, y, ningún seminario universitario, medio de comunicación o partido político le torcerá el brazo disfrazando la barbarie y saña de la tauromaquia.
“El Partido Socialista se tiene que hacer mirar que se está quedando atrás, la ciudadanía le está pasando por encima”, añade la citada podemita. “Esto lo van a pagar caro si no son capaces de verlo, de ser valientes y de abrir esos debates. La tauromaquia no le gusta a la mayoría de la gente. Si el Partido Socialista no es capaz de ver esto, es que entonces nos está dando todos los argumentos para seguir diciendo que el bipartidismo demuestra que el PP y el PSOE son lo mismo”.
Acuerda el periodista y asesor empresarial Alvin Toffler, que “millones de sonámbulos se pasean por la vida como si nadie hubiese cambiado desde los años treinta (del siglo veinte), y como si nada hubiese de cambiar jamás”, algo que viene que ni al pelo al tema de la vetusta tauromaquia y las posiciones de eunucos políticos.
¿Por qué el PSOE en la reunión previa a la presentación de la ILP en el Congreso no dijeron “esto no lo queremos, es la postura del partido”? cuestionaba Esteban. “Pero que tengan la vergüenza de quedar con nosotros”, asegurarnos su apoyo para después abstenerse. “¡Han quedado verdaderamente como lo más rancio de Europa!”.
“La ILP ha caído pero que no se equivoquen, ¡tenemos plan B!”, añade. “Vamos a ir a por sus raíces, a por lo que alimenta la tauromaquia”. “¡Estamos organizados!”. “¡Que siga el debate en la sociedad!”. “Seguimos ahí y ¡tenemos a los grupos esperando instrucciones!”.
Mientras quienes preconizan progresía democrática sigan genuflexos a poderes oscuros, cualquier gestión estará capada por el imperio del engaño y la astucia mentirosa, esa enfermedad crónica de una política que nació tumoral y en cada sufragio electoral muestra metástasis por la no extirpación concienzuda, en estado larvario, de células perniciosas de otrora. “Con estos rojos tan de derechas y con esos monárquicos tan republicanetes se ha hecho la historia de España durante bastante tiempo”, sentenciaba el antedicho Umbral allá por mil novecientos setenta y seis.
Por muchos millones desviados del erario público y el acopio de malversados apoyos europeos, la tauromaquia no está en el catálogo de prioridades sociales, de modelos a sostener políticamente como ya se viene demostrando en países como Colombia y en breve México porque, además de lo crematístico, “la violencia no es más que un modo de desahogar la frustración que se siente al no poder crear”, concretaría la activista LGTBIQ+ Miss Shangay Lily.
“¡Vamos a seguir! el PSOE ha perdido una oportunidad única, ha elegido mentirnos, engañarnos”, proclama Esteban. Los partidos que quieran cooperar “que lo hagan unidos, siempre se lo agradeceremos”. El experto en liderazgo Robin Sharma preconiza como fórmula magistral obrar “como si el fracaso fuera imposible y tendrás el éxito asegurado”.
¿Cuándo se conseguirá que la política española se asiente fuera de ese “magma amorfo y vacío de una prosperidad diseñada por hábiles manos que todo lo mueven”? tal como describiría el magistrado instructor de causas contra Pinochet, GAL, caso Gürtel y el narcotráfico en Galicia.
¡Basta ya de agrandar la campaña de apoyo a la depravación taurina! ¡Basta de convertir en noticia las memeces de matarifes! ¡Basta de ocupar espacio con este negocio en parrillas televisivas, páginas en periódicos y prensa rosa, en escaletas radiofónicas!
Clodoveo de Hohenlohe, noble y estadista alemán, según se recoge en “La España del siglo XIX” obra del historiador republicano Manuel Tuñón de Lara, encarcelado por el franquismo y exiliado, hizo constar que: “Dijérase que todo se reduce aquí a satisfacer a los 100.000 españoles de clases distinguidas haciéndoles ganar dinero. Todo ello constituye un sistema de explotación de lo más abyecto, una caricatura de constitucionalismo, frases y latrocinio”.
- Por: Ángeles Sanmiguel












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