El decreto ley anunciado por el Gobierno español en relación con el genocidio en Gaza constituye un avance importante. Sin embargo, instamos a no bajar la guardia. Es imprescindible analizar con detenimiento la letra pequeña del documento, ya que en él no se hace referencia a los contratos de armas previamente firmados con Israel, lo que significa que estos no serán cancelados. Tampoco se menciona el acuerdo vigente con Estados Unidos que permite la utilización de las bases de Rota y Morón para el envío de armamento a Israel.
Estos silencios generan preocupación y dudas legítimas.
El Gobierno no solo debe profundizar en estas lagunas abiertas, sino también impulsar su iniciativa en el ámbito europeo, animando a otros países de la Unión Europea a dejar de cooperar con Israel. Es necesario que se siga una línea política clara y coherente, orientada a romper lazos culturales, académicos, diplomáticos y empresariales con compañías israelíes del sector de la defensa que siguen operando en suelo español con total impunidad.
Del mismo modo, la ciudadanía debe despertar y asumir un papel activo, promoviendo acciones de presión contra el Estado de Israel: desde boicots de consumo hasta la investigación y señalamiento de empresas que importan productos israelíes. Un presidente puede mostrar en un momento dado buenas intenciones, pero no debemos olvidar que sigue siendo un ser humano, y por tanto, susceptible de ceder ante intereses y corrupciones. Para no caer todos en esa misma dinámica, debemos actuar con firmeza en contra de toda forma de violencia.
Proteger la vida y defender a quienes ni siquiera conocemos nos engrandece como Sociedad. El sistema opera cada día dividiendo a las personas por raza, color de piel, religión o cultura. Superar estas barreras es nuestra responsabilidad colectiva.


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